jueves, 24 de noviembre de 2011

Cara Oculta

 
Los malos tratos son un problema social y la violencia de género constituye un atentado contra el derecho a la vida, la dignidad y la integridad físico-psíquica de las víctimas. Una violación a sus derechos humanos.

Sabemos, que todo problema tiene algo que no se conoce, o que no interesa que se conozca.

Lenore Walker definió tres fases en el ciclo de la violencia a partir de su trabajo con mujeres y, actualmente, el suyo es el modelo más utilizado por los profesionales.

El ciclo comienza con una primera fase de acumulación de la tensión, en la que la víctima percibe claramente cómo el agresor va volviéndose más susceptible, respondiendo con más agresividad y encontrando motivos de conflicto en cada situación.

La segunda fase supone el estallido de la tensión, en la que la violencia finalmente explota, dando lugar a la agresión.
 

En la tercera fase, denominada de “luna de miel” o arrepentimiento, el agresor pide disculpas a la víctima, le hace regalos y trata de mostrar su arrepentimiento. Esta fase va reduciéndose con el tiempo, siendo cada vez más breve y llegando a desaparecer.

Este ciclo, en el que al castigo (agresión) le sigue la expresión de arrepentimiento que mantiene la ilusión del cambio, puede ayudar a explicar la continuidad de la relación por parte de la mujer en los primeros momentos de la misma. Este ciclo explica la situación en la que se da violencia física, ya que la violencia psicológica no aparece de manera puntual, sino a lo largo de un proceso que pretende el sometimiento y control de la pareja.

Resumiendo; Es verdad que el proceso de visibilización de la Violencia de Género está en marcha, pero si no sigue acompañado por los Medios de Comunicación y la Justicia, la solución se convierte en un laberinto sin salida. Ya que “Solo se ve lo que se mira, y solo se mira lo que se tiene en mente”.